Carmen, la fundadora de Ayúdame a Crecer, nos cuenta sobre el nacimiento de la institución.

La vida me fue llevando por el camino de la atención a personas con discapacidad. Creo que, en mis inicios, no lo tuve tan claro, pero a medida que transcurrían los años se acrecentaba mi vocación.
Alrededor de 1960, cursaba la carrera de medicina en Córdoba, en la última etapa. A raíz de una grave enfermedad de mi padre tuve que regresar a Salta. Para ese momento ya había finalizado una formación intermedia como reeducadora muscular. Instalada en Salta, me convocaron en una institución que atendía personas que habían contraído la poliomilitis infantil. A partir de ahí trabajé en el Hospital San Bernardo, en el hospital Oñativia , en clínicas y sanatorios privados, en consultorios y en centros de rehabilitación. Cuando empecé a trabajar con personas con discapacidad, a partir de la década del 80, sentí que había encontrado mi pasión.
En el año 1996, con un bagaje de conocimientos y un gran deseo de construir una institución afín a mis ideales, donde pudiera volcar mi experiencia, nace Ayúdame a Crecer.
Fueron comienzos muy difíciles, en donde familias y equipo de trabajo creyeron y apostaron a este proyecto.